AÑOS
70 EN CALI,
EL
CINECLUB, ANDRES CAICEDO Y EL ESIRITU ARTISTICO DE LA EPOCA.
¿Conoce usted a Andrés
Caicedo?
Conocer a este personaje es
conocer un poco de la historia sociocultural de Cali en los años 70, ya que Andrés
fue el hombre, o mejor dicho el niño que sacudió Cali mediante sus obras y fue
la inspiración, el modelo a seguir y la motivación para que muchos de ahí en
adelante se dedicaran a hacer arte.
Al igual que muchos, al
profundizar por primera vez sobre Caicedo, me maravillo de saber los
antecedentes que tenemos en la historia y que explican porque muchas personas como yo,
hoy en día, estamos estudiando cine, música, literatura, o cualquier tipo de
arte. Gracias a este “niño” hoy Cali
tiene una proyección segura hacia el cine, ya que Andrés y muchos detrás de él
se atrevieron a hacer cine en tiempos donde no había mucha producción en el país.
Luego del éxito de la brillantez literaria de Caicedo, muchos se motivaron a
adentrarse en este mundo del cine, y así cada vez fueron más, al punto de que
hoy Cali, tenga escuelas de cine para enseñar el oficio y la profesión.
Y es muy interesante que
esta motivación nazca con Andrés desde un cineclub, no el primero ni el único
en Colombia ni tampoco en Cali, según una entrevista hecha a Ramiro Arbeláez,
por Hernán Toro. En la entrevista sabemos que había otro cineclub, en los años
cincuenta como antecedente de este fenómeno en Cali, y era el cineclub de la
Tertulia. Pero el cineclub hecho por Andrés tuvo tanta fuerza en la cultura de
Cali, que prácticamente se le puede considerar como el primero, al menos en
mover y hacer volar el espíritu de la época. Ramiro habla del espíritu de la época,
en el sentido de que todo tipo de personas iban al cineclub de Caicedo,
estudiantes, marihuaneros, clase alta y baja, jóvenes y adultos, personas que hacían
deporte llegaban sudando directo a ver la programación del cineclub, incluso
las pandillas de la época, la barra del triángulo por ejemplo. Se puede decir
que todo tipo de personas, tenían ese impulso para contemplar el cine y el
arte. Qué bonita época. Puede que sea debido a que no había nada más que hacer,
y graciosamente a la gente no le quedaba de otra, pero de todas formas, según
Ramiro, el amor por el cine era fantástico y masivo.
Y de esa manera era como el
cineclub se mantenía, con la asistencia de un buen público. En esos tiempos los
teatros y cineclubes obtenían todo tipo de películas, eran más bien pocos los
estrenos, ya que para eso eran las salas comerciales, aunque los estrenos que
los exhibidores creían como “futuros fracasos” eran entregados a
establecimientos como el que Caicedo fundó.
Y entre los tipos de
cineclubes estaban dos principalmente, los dos de aquella época, ya que habían una
que otra sala pero eran mejor llamadas cinematecas, las cuales tienen
diferencia con los cineclubes en el sentido de que en la cinemateca se tiende a
presentar ciclos de películas enteros de algún director, tema o género en
especial, por ejemplo todo el ciclo de Godard, y era presentado en toda la semana.
Y el problema con el cineclub de Andrés era que, allí solo se hacían exhibiciones
los fines de semana, y 4 presentaciones eran un mes, no se podía dejar al público
un mes con la misma temática o director ya que se aburrían y luego no asistían.
El cineclub llego a tener una asistencia
enorme, y se llegó a presentar 3 películas por día, teniendo la última presentación
a la media noche, con temáticas y géneros de terror.
En cuanto a los dos
cineclubes del momento, uno se dedicaba a presentar películas que fueras representativo
de la literatura, y tenían una estrecha relación hacia ello, por lo tanto se
les consideraba como más conservadores, y el cineclub de Caicedo era uno donde
se presentaban películas más norteamericanas, más de autor, mas liberadoras se siguió
por ejemplo a directores como Alfred Hitchcock. Las películas eran repartidas
en bicicleta a los teatros llevando los carretes en la parrilla.
El cine club fue importantísimo,
ya que de allí se produjeron muchas ideas y mucho conocimiento acerca del cine
mediante publicaciones como la revista ojo al cine, y de donde, además de los
resaltados Carlos Mayolo o Luis Ospina, salieron también muchas personas
motivadas a hacer cine.
Leyendo un poco sobre la
literatura de Andrés se puede decir que tenía un buen talento, y leyendo
algunas cartas y pequeños relatos de su vida escritos por él, se da cuenta uno
de lo triste que pudo estar hacia los últimos momentos de su vida. Como dicen
en el documental de Luis Ospina “unos pocos buenos amigos” se le notaba agobiado,
encerrado, y sufrido.
Realmente, pienso que tuvo
talento, y algunos dicen que es sobrevalorado, y quizá es cierto, ya que su literatura
no es de total excelencia, pero si hubiera seguido en su proceso creativo después
de sus 25 años, de pronto hubiera llegado a producir obras excelentes dignas de
cualquier reconocimiento. De todas maneras concuerdo con muchos en que la
verdadera importancia que tiene Caicedo en la historia caleña es que si no
hubiera sido por la iniciativa de él y otros más, el futuro y la proyección artística
que vivimos hoy en la ciudad de Cali no sería del todo real. Andrés sacudió a
Cali, le dio un aire artístico y lo impulso a volar, nada más.