UNA BUENA BURLA
Dirección:
Carlos Mayolo y Luis Ospina
Año: 1978
Guion: Luis Ospina
Director de fotografía: Blanco y negro: Enrique Forero, Oswaldo López Color: Eduardo Carvajal y Jacques Marchal
Montaje: Luis Ospina
Año: 1978
Guion: Luis Ospina
Director de fotografía: Blanco y negro: Enrique Forero, Oswaldo López Color: Eduardo Carvajal y Jacques Marchal
Montaje: Luis Ospina
Sinopsis:
Película
de ficción que simula ser un documental sobre los cineastas que explotan la
miseria con fines mercantilistas. Es una crítica mordaz a la “porno-miseria” y
al oportunismo de los documentalistas deshonestos que hacen “documentales
socio-políticos” en el Tercer Mundo con el objeto de venderlos en Europa y
ganar premios.
Premios
nacionales: Mejor cortometraje argumental en el III
Festival de Cine del Instituto Colombiano de Cultura, Colcultura (Bogotá, 1978).
Premios
internacionales: Premio Novais-Teixeira en el Festival Internacional
de Cine de Lille (Francia, 1978) Mención especial en el Certamen Internacional
de Cine Documental de Bilbao (España, 1978) Premio Interfilm en el Festival
Internacional de Cine de Oberhausen (Alemania, 1979)
Parece que la “malicia indígena” que caracteriza, a
algunos que habitamos el tercer mundo, no es del todo sola o puramente
“indígena”. Parece que esta “malicia” también es parte del primer mundo, y
muchas veces es más “mala” más mal intencionada, y con miradas corrompidas.
Esta película, es una denuncia directa a todos aquellos
que trataron y aun tratan de beneficiarse con el morbo, y con la porno-miseria,
aquellos tanto de primer y tercer mundo. No todos buscaban dinero, sino más
bien prestigio, ya que para la época de este documental, era bien visto que
como realizador te adentraras en temas como estos, y dar una imagen que estas
en favor de los “buenos”, que odias a los “malos” (los imperios que se lucran de los pobres).
Pero lastimosamente estos trabajos, bajo esa “buena intención” no tenían ni
siquiera una investigación verdadera, con gran compromiso.
Y cualquiera se indignaría como les paso a Ospina y a
Mayolo, al ver estas personas descaradas, y luego triunfando en festivales, con
los trofeos en alto. Además como dice Luis Alfonso Londoño, el “loco” de la
película, que los norteamericanos en cuanto al cine son “las vacas que más
cagan”, pero que ya no es así, hay otros que “cagan más alto”, y nosotros los
colombianos también podemos movernos en el medio. En conclusión, no somos tan marginales
en Colombia.
Es muy interesante este personaje que en la ficción de la
película hace parte de la burla que se plantearon entre Luis Ospina y Mayolo,
pero que en la realidad, también es parte de la burla, solo que en ese caso, es
el “burlado”, y es para él una gran revancha poder burlarse de todos aquellos
que le roban fotografías, que se benefician con él. Así como él dice, “soy de
los pocos que me doy el lujo de limpiarme con unos billetes” “no sucios, sino
recién saliditos del banco”.
Ciertamente esta mirada y esta manifestación burlesca y
protestante por parte de Ospina y Mayolo, son en sí pensamientos
cinematográficos avanzados para la época.
Se les considera como los genios del cine en su momento,
ya que semejante producto, su contenido, su fondo, es construido
cuidadosamente, cada imagen, cada comentario, cada grosería, pareciese que va
construida de manera correcta en ese mensaje hacia aquellos que les dicen “al
que le caiga el guante…”
“…ya tenemos locos, gamines, vagabundos, nos falta otro
loco, ¿sabes dónde podemos encontrar un loco?...” “…nos faltan putas…” “…acércate
en las texturas los detalles, en la cultura de la pobreza como dice Lewis...”
Cada comentario construido perfectamente. Interesante ese
último de la cultura de la pobreza, donde citan a Lewis, quien, en el momento
que hacia su obra sociológica y antropológica de un México urbano (la cultura
de la pobreza), también se estaba retratando a México, por parte de Ismael Rodríguez y Luis Buñuel.
Según esta teoría, la pobreza viene siendo, la forma de
vida en la que se imposibilita acceder a una calidad de vida digna y no se
pueden satisfacer necesidades básicas necesarias, pero la cultura de la
pobreza, es la adaptación frustrada a estas condiciones de vida, con resignación,
ya que es la solución de muchos individuos.
Así como Lewis abordó familias pobres mexicanas para su
estudio, Mayolo en la película también lo hacía, como lo hacen muchos
aprovechados en la realidad, que escondidos y amparados por estudios como estos,
dicen ir en favor de la sociedad.
La película es excelente, en su fondo, en lo que se
quiere transmitir, y es un hit avanzado para su época. Tal vez se necesitó más
de un Mayolo y un Luis Ospina en cada país que hicieran más de “agarrando
pueblo” porque no solo hubo (y hay) directores y productores inescrupulosos en
el cine, sino que también la televisión se aprovecha de esto, en muchos países.